Sobre... Presentación de las plantas

                                                                                         DESCRIPCIÓN DE LA SEDE


La Torre del Clavero, actual sede del Centro de Estudios Salmantinos, estructurada en cuatro plantas más otra baja, unidas por dos tramos diferentes de escaleras de caracol, alberga el patrimonio cultural de esta institución salmantina.


                                                                                                  PLANTA BAJA

Dos son los objetivos primordiales del CES:

1) promover el estudio de la historia y la tradición salmantina en todos sus aspectos.

2) publicar los resultados de tales investigaciones.

Coherentemente con ellos, el CES ha promovido una intensa producción editorial sobre temas salmantinos en su versión más amplia: historia, geografía, geología, arqueología, arquitectura, escultura, pintura, artes menores, música, etnografía, dialectología, literatura, medicina, etc., etc. Una amplia temática tratada con rigor y profundidad metodológicos propios de los profesionales de la cultura que los han llevado a cabo.

Para acometer esa labor ha contado con la inestimable ayuda de instituciones salmantinas, como el propio Ayuntamiento, la Diputación Provincial, la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, además de otras fundaciones, como la Vargas Zúñiga, a las que manifestamos públicamente un sincero agradecimiento por su decisivo apoyo.

Esta planta reúne el depósito de las publicaciones realizadas por el CES a lo largo de su devenir.

Vista general de la planta baja. Foto: Puparelli

En la parte superior de esta planta baja puede contemplarse un impactante cuadro: el Fuerte de la Concepción, donación del pintor Florencio Maíllo, como miembro del CES.

 

El Fuerte de la Concepción de Florencio Maillo. Foto: Puparelli


                                                                                                    PLANTA PRIMERA

Ascendiendo por el primer tramo de las escaleras de caracol de piedra de Villamayor, se accede a la Sala de Juntas de la entidad. En ella se celebran diferentes reuniones de sus miembros.

Escaleras de caracol en piedra. Foto: Puparelli

El CES pertenece a la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (CECEL), integrada en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Sus miembros, elegidos por votación, deben pronunciar un discurso de ingreso, en sesión pública de recepción, al que da respuesta, en nombre del Centro, un miembro Numerario.

Vista general de la primera planta. Foto: Puparelli

Ahora bien, en los Estatutos se puntualiza:  “Los miembros elegidos por su creatividad artística podrán cumplir la formalidad anterior con la donación al Centro, en sesión solemne, de una de sus obras, que quedará incorporada al patrimonio de la entidad”. Y esto es lo que se refleja en esta sala donde se expone el patrimonio artístico aportado por diferentes miembros.

Cuadros y esculturas en un rincón de la sala. Foto: Puparelli

Así, además del mencionado cuadro de Florencio Maíllo instalado en la planta baja, se exponen dos de González Ubierna de tema paisajístico salmantino, uno de Mª Cecilia Martín, sobre mujer charra, otro de Malocha Pombo que representa La bicha de san Julián, y dos obras escultóricas: la cabeza de Unamuno de Agustín Casillas y el conde Francos y Churriguera de Fernando Mayoral.

Cuadros junto a la entrada de la sala. Foto: Puparelli

Por otra parte, se han incorporado diversas donaciones altruistas, como manifestación de mecenazgo: un grabado de Unamuno y el cuadro La vendedora de pájaros de Luis de Horna; El puente romano en versión de Felicidad Montero; el retrato de Gerardo Gombau Guerra, hijo del fotógrafo Venancio Gombau y famoso músico representante de la cultura salmantina y europea, plasmado por el pintor vallisoletano José Manuel Capuletti, donado por Jesús Málaga, y dos lienzos representativos de pintores salmantinos: Retrato de Marino Abraido del Rey, realizado por su hermano Andrés Abraido, y Muchacha leyendo de Demetrio Salgado, donados por Miguel García Figuerola. Finalmente, un grabado de González Ubierna titulado La Torre del gallo, donado por Ricardo Martín Valls.

Cuadros frente a la puerta de entrada. Foto: Puparelli

La torre del Gallo, de González Ubierna. Foto: Puparelli

En la pared derecha se exhibe un diploma correspondiente a la concesión de la Medalla del Oro de la Ciudad otorgada por el Ayuntamiento de Salamanca al CES como público reconocimiento a su trayectoria cultural.

En efecto, el 20 de noviembre de 2019 el Pleno del Ayuntamiento de Salamanca propuso, con el asentimiento de todos los grupos políticos, conceder la Medalla de Oro de la Ciudad a dos instituciones de gran prestigio en sus diferentes ámbitos de actuación: Cáritas Diocesana de Salamanca y el Centro de Estudios Salmantinos.

Diploma con la concesión de la Medalla de Oro. Foto: Puparelli

La propuesta fue ratificada por el Pleno de Honores y Distinciones de la Corporación el 25 de noviembre.

El solemne acto de entrega tuvo lugar el 3 de diciembre de 2020, en el Teatro Liceo de la ciudad, y fue presidido por el Alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo. La medalla fue recibida, en nombre del CES, por su presidenta, María Jesús Mancho Duque.

 

                                                                                                   PLANTA SEGUNDA

Tras otro tramo de escalones de piedra, la planta segunda acoge los servicios de documentación y administración del centro. Sobria y funcional, tiene como ornato, además de los escudos de los Anaya y los Sotomayor, un friso fotográfico realizado por Vicente Sierra Puparelli que refleja los estadios sucesivos de la Torre del Clavero y de su entorno inmediato, a partir de la mitad del siglo XIX.

Vista panorámica de la planta segunda. Foto: Puparelli

La primera fotografía, de 1853, es de Charles Clifford, uno de los más renombrados fotógrafos extranjeros del siglo XIX y pionero destacado de la fotografía española. Hay fotografías de Gombau, de 1915, de Ansede de 1920, etc.

Serie de fotografías históricas de la Torre del Clavero, bajo el escudo de Anaya. Foto: Puparelli

Llama la atención una de 1946, de Felipe Torres, en la que la torre del Clavero fue el tema de una falla instalada en la Plaza Mayor de Salamanca. Las últimas, en color, son personales del miembro numerario y Tesorero del CES, Vicente Sierra Puparelli, alguna del 2020.

La estimulante vista desde las ventanas anima a evadirse de las tareas burocráticas.


                                                                                                  PLANTA TERCERA

A esta planta se accede tras una escalera de caracol en madera, de subida más liviana. Considerada como auténtico Sanctasanctórum, atesora el legado bibliográfico del CES: una representación completa de todos los libros editados por la institución, organizados en las tres colecciones que patrocina la entidad: series MAIOR, MINOR y Abierta. Los textos van ordenados cronológicamente y por numeración currens. La denominada Serie MINOR acoge los discursos de entrada al CES.

En la actualidad están publicados 140 títulos.

Fondo bibliográfico del CES. Foto: Puparelli

La temática de estas obras responde al perfil de sus miembros, a los que hay que agregar los merecedores de los premios institucionales Villar y Macías y Salamanca, destinados a incentivar y galardonar la labor de jóvenes investigadores.

Entre las obras de carácter histórico resalta la Historia de Salamanca, empresa colectiva dirigida por José Luis Martín, que abarca desde la prehistoria hasta el siglo XX.

Pero se han publicado también numerosos trabajos aplicados a períodos concretos, especialmente los de la época renacentista y de la Guerra de la Independencia. Destacan los relativos a la historia de instituciones salmantinas de gran solera: Universidades, civil y Pontificia; sus diversas facultades, el Hospital del Estudio, el Hospital de la Santísima Trinidad, el Colegio de los Irlandeses, etc.

Estanterías con libros y escalera de caracol. Foto: Puparelli

Son abundantes los relacionados con la Historia del arte, especialmente los referentes a edificios representativos, como el Convento de san Esteban, la Compañía de Jesús, el Colegio de Calatrava, etc. Son frecuentes los dedicados a algunas casas nobiliarias, con análisis específicos de heráldica salmantina. Mención aparte merecen los diversos enfoques de La plaza mayor de Salamanca y otros de índole urbanística. A estas referencias hay que añadir otras musicales, como la titulada Salamanca y la historia de la música europea.

Otras publicaciones están focalizadas hacia las artes menores, como la platería, los ornamentos sagrados y órganos de las catedrales e iglesias relevantes. O dirigen una atención específica sobre algunos de los elementos de los edificios emblemáticos, como el retablo de la catedral vieja o el Cielo de Salamanca.

Ejemplares del fondo bibliográfico. Foto: Puparelli

Localidades concretas de la geografía salmantina, su estructura geológica, diversas comarcas o aspectos del paisaje salmantino, como las dehesas tipificadoras, pero también los problemas demográficos y sociales, movimientos migratorios, etc., han sido foco de atención de bastantes exploraciones geográficas y económicas.

Dentro del ámbito filológico, destacan diferentes estudios de dialectología, toponimia y léxico salmantinos; los dedicados a grandes escritores, como Miguel de Unamuno y Gabriel y Galán, sin olvidar la literatura popular salmantina. Respecto a la etnografía, abundan los referidos a indumentaria, bordado, cerámica, y otros aspectos del folclore, la religiosidad, fiestas y ritos populares.

Son muy ilustrativas las monografías dedicadas a relevantes personajes salmantinos, como Dorado Montero, Filiberto Villalobos o Sánchez Ruano.

Finalmente, queremos mencionar el interés por la proyección fotográfica y cinematográfica de Salamanca y su repercusión nacional e internacional.


                                                                                                   PLANTA CUARTA

Después de ascender otro tramo de peldaños de madera, se llega a la planta más elevada, el despacho principal o presidencial. Sobrio en la ornamentación, alberga una preciosa chimenea con los escudos de los Anaya y Sotomayor y unas estanterías con libros propios del CES y con otros recibidos como intercambio cultural de otros centros nacionales e internacionales.

El primer Presidente de esta institución fue Manuel García Blanco, un filólogo hispanista, profesor universitario que trabajaba en el Palacio de Anaya.

Vista general de la planta cuarta. Foto: Puparelli

Porque, como suele ser habitual en las cosas de cultura en Salamanca, la colaboración de la Universidad fue determinante. Por ello, no resulta sorprendente el papel desempeñado por dos rectores en la Junta Rectora del Centro de Estudios Salmantinos: Antonio Tovar desde el momento de la misma fundación y Felipe Lucena Conde a partir de 1973. Este, con la creación del IOATO, incorporó al Centro de Estudios Salmantinos las investigaciones relacionadas con el campo de las Ciencias. Con el correr del tiempo, Enrique Battaner engrosaría la lista de mandatarios ilustres del Estudio salmantino.

Despacho presidencial y chimenea. Foto: Puparelli

Un repaso a la alargada secuencia de integrantes del CES desde sus orígenes confirma esta presencia mayoritaria de profesores universitarios.

En la actualidad, son miembros natos aquellos salmantinos miembros de Academias nacionales, como José Antonio Pascual, de la Real Academia Española, Olegario González de Cardedal, de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, y Pedro Luis García Pérez, de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Un definitivo tramo de la escalera de caracol desemboca en una lucerna y da acceso al tejado de la torre.

La vista de la catedral desde las ventanas de esta sala es espectacular y desconocida para la gran mayoría de los salmantinos.

Vista desde la planta cuarta. Foto: Puparelli


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